La idea de “no aprender” es la nueva actividad del país. Comprensible, ya que el conocimiento más exigente, “lo copio y lo pego” porque no hay tiempo. El ojo solo “ve” el periódico, los libros, las publicaciones en internet; “solo los ve”, para “opinar sin saber” ¿y?
Lo que ocurre es catastrófico, pues se está desarrollando un hibrido que es un “número rojo”, producto del cruce del oscurantismo y la desidia: “hombres y mujeres de papel que no saben”.
Una “verdadera estructura política, social y económica panegirista” (de jalabolas) que copian el jalabolismo y se pegan a él; ya que “es lo que parece ser”: “un trabajo lucrativo”.
“La estrategia es el condicionamiento a la adulación, al ensayo y error donde solo aprueba el error y, la eliminación sistemática de la comparación, para que no se te ocurra la idea de imitar algo mejor”.
Graduados sin conceptos, sin ideas, sin principios sin discusión y sin pensamiento crítico, ya que la motivación al jalabolismo es muy alta: solo tienes que decir “si”, y al final obtienes el titulo, aunque solo podrás ejercer como empleado público.
“A pesar de esto y gracias a la fuerza de un universo sin bordes, y sin principio ni final, "donde si que no hay lugar para el oscurantismo"; existen buenos estudiantes, buenos profesores, buenas Unidades Educativas y buenas Universidades, que a pesar de tan desigual lucha, producen ciudadanos honestos, comprometidos y sin egoísmos, con la exigencia de un pais mejor para todos”.
Para transformar esto que vivimos, la memoria debe ser un requisito y deposito de datos, donde los habitantes organizados o no, fijemos nuestra atención y reflexionemos, tratemos de comprender, desarrollemos un sistema eficiente, con proyectos realistas y con un verdadero manual de operaciones que le permita a cualquier "electo" que los ciudadanos designen para operar lo complejo de un país, hacerlo con eficiencia.
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