Historia verdadera, por el silencio nervioso de creadores, es un principio sin dudas. Los años han pasado y con ellos las palabras que en órdenes se convirtieron. Alguien en el mercado contaba lo que sucedía: la gente va olvidando estos asuntos, y busca otro camino o se regresa por el que ha venido.
Cuando la vida golpea, que siempre lo hace, uno sabe bien qué es lo que más duele. Suele ocurrir que en los principios se atienden los reclamos, mas “en el después”, deja de ocurrir, y cualquiera es testigo de esta acción que se convierte en “una desconocida indiferencia”.
Luego del fracaso, se convierten en historia extraña. La llave o el cerrojo en herrumbre, hacen que el movimiento se detenga, y comienza el ruido que pone en marcha a los distantes:
“…No, no puede ser.” “…Pues así es”,
No hay alambrada que recuerde en el tiempo, que al separar no evoque el deseo de “volver a ver”. Porque el recuerdo es un hallazgo escrito en la mente, que se evoca al abrir los ojos, y que hace volar inversa y lentamente, en las noches oscuras.
No será fácil hacer un resumen de los primeros años de este siglo:
“…los años del tiempo perdido” “…y luego todo volvió a su estado natural”
Nadie podrá comprender, pero así es en la vida la realidad lineal, cíclica y final.