¿Desvían nuestra mirada de la realidad en que vivimos? Si acogiésemos los hechos sin prejuicios, la veríamos surgir a cada instante, pero hay que escudriñar, tanto fuera como dentro para entonces comenzar a ponerla en claro.
Existe una continuidad entre nuestro pasado y su futuro en el que nos ahogamos, nos aburrimos o nos desesperamos ignorantes de cuál es la laguna que nos separa y limita el acceso a la existencia. Planteamos hipótesis, resolvemos hechos, hurgamos errores para descubrir verdades, y sin embargo, la tendencia a lo imposible desprecia lo que ya se sabe, y no respeta a lo que aún se ignora. Esta inconexión derivada de lo absurdo señala a la esperanza, acaparando la desesperanza de una empresa imposible, que recapitula sobre lo que se propone suministrar mediante un relato trillado. Esbozos de aspiraciones extrañas que pretenden decidir por todos, sin contar con la penetración del tiempo y de la razón. ¿Cuándo llegara el momento en que asumiremos lo que no se hace?
Testigos de finales y comienzos tan semejantes , que no pueden explicarse en el fondo sin esa influencia única que revela su notable analogía; están más allá del por qué ignoramos lo que lo puso en marcha, y que nos ha regresado enormemente en el pasado…