De la obsesión metereologico-barometrica.
Aquí, la vaina es, ni cálida, ni húmeda, ni lubrica, ni vaporosa. Hoy amaneció tibio y con lluvia, y por muy poco que suceda, con esta historia armo un alboroto. Descríbeme ese paisaje lleno de “pobreza inagotable”, decórame el fondo de ese escenario concebido como novela “criolla” y nárrame hasta donde asistimos al mismo tiempo, si ni siquiera habías nacido.
Hay una sombra medio legendaria del héroe pretérito que nadie conoce, porque sus valores propios eran su luz y su origen. Yo los dejo, en ese giro breve que entre nacimiento y muerte, me enseñan mejor que las explicaciones.
Me gustaría creerme cuentista, pero no considero tener los meritos que el espacio vacío y el aura atmosférica, convierte al relato en puro fin.
Lo que suceda cuando falte la “tensión” será una realidad concreta donde “la desnuda verdad” producirá una sensación de “extrañeza”.
La multitud que apoya la “imaginación” del íntimo secreto, es como la siesta del animal sagrado que termina cuando la laguna se seca.
lcrhca