¿Ya no te sientes agarrado a la tierra? ¿te arrebataron el alma y perdiste las fuerzas?¿estas desanimado y con el cuerpo dolorido? ¿te abandono el espíritu? ¿entiendes que al no respetar la prohibición universal terminaras arrinconado y solitario?Cuando ese cuerpo extraño que te roba el alma se revela, es porque tu temeraria actitud removiendo “antigales” dio lugar a lo imprevisible y sobrenatural. Quedaste atrapado en la cosmovisión espiritual de la vida. No se profanan tumbas en busca de poder, porque al perder la idea de lo cálido y de lo fresco, le diste entrada al origen de un “mal de ojo,” que invadió tu humanidad, te “asusto” y ya a esa “enfermedad ”no la cura ni siquiera el agua de cobre. Ofrendaste espíritus vivos, placentas humanas, alcohol, osamenta y hojas de coca, para restablecer la salud y obtener la gracia del perdón; pero eso ya no funciona. El dios de la tierra que habita en ella, no acepta tu ofrenda después del daño que le has inferido. Resistiendo la prueba del tiempo, la reflexión de la ciencia no alcanza para explicar el origen de la enfermedad.
La prosapia oculta sabe hacer daño. De poder ilimitado y sobrehumano se agoto de tanta pedantería e insensatez en actos y palabras. Al asumir esa actitud omnipotente atravesaste un portal prohibido. Debiste rezar a tu dios con una disposición suplicante y de reverencia, no de altaneria. El tiempo prolonga al tiempo en la permanencia.
El hombre común debe aprender que los “poderes sobrenaturales” no le pertenecen. Le daremos de comer a la tierra para que no termines “aicado”, pero la terrible fuerza que descargo la osamenta, es de desastrosas consecuencias para el organismo que la toco.