
¿Es acaso el destino el responsable de lo que nos acontece? ¿O es el nombre que le damos a nuestra ignorancia? ¿Cómo hacer para que esa ignorancia desaparezca?
Para nosotros el destino es la aparición de lo que en nuestras vidas sucede pudiendo no haber sucedido, y lo que no sucede cuando estábamos seguros de que sucedería. Hay un destino favorable o desfavorable. «uno favorable le permitió llegar a ser...» y «uno desafortunado le impedirá continuar...» son expresiones coloquiales.
Hay destinos incomprensibles –como cuando alguien cae de un andamio o es víctima de una bala perdida- y destinos provocados, como aquellos que son productos de la «ignorancia», y que son comprendidos al analizar la situación y la personalidad consciente e inconsciente del sujeto que los ha creado.
Estudie los escenarios y reflexione sobre quién es el responsable, y no se lo atribuya al destino. Comience por usted y su participación en las decisiones. Aquí no hay eventos aleatorios, piense lo que va hacer o prepárese a digerir lo que vendrá, si es que aun deja las decisiones a «la fuerza del destino»