
La inteligencia, esa capacidad de entender, asimilar, elaborar información y utilizarla para resolver problemas está a punto de aniquilarse y necesita receta. Aunque no lo parece, porque todo el diseño finge ser verdad; es necesario que los habitantes se reinicien y se cuestionen la realidad de esta verdad. Hay que abrir la mente y cambiar la opinión sobre el escenario de los espejismos, eliminando las resistencias para dejar de ser los engañados.
Para ayudar al habitante a abandonar su autoengaño, es necesario promover la reflexión sobre la falsa relación de causa-efecto. Nadie en este mundo escapa al miedo, pero todo el mundo puede recapacitar sobre sus causas y aprender a evaluarlas correctamente.
La aniquilación de la inteligencia es una forma de desgracia colectiva, pues se ataca a sí misma sufriendo luego todas las consecuencias. Esta tendencia “autodestructiva”, que puede atacar pero también ser atacada es la identidad, que al ser estimulada, reacciona a fuerzas externas, quedando indefensa frente al poder. Hay que restaurar en la conciencia del habitante la habilidad de tomar sus propias decisiones, para que no luche contra su libertad creyendo que es esclavitud.
Identificar la verdad requiere aprender a separar la verdad de la mentira. Ese es el punto inicial para el que esté dispuesto a continuar…