
¿Es éste el fin de las promesas?
Tierra árida, tierra flaca de la desesperanza, acógeme
en tu seno. Con tu sordo murmullo no interrumpas
más el silencio de mi sombra, mi tránsito sobre la piel
de seda de la llama.
El equilibrio del fuego, el equilibrio del aire indago
para saber dónde nace esta opacidad de siglos.
Tierra oscura de mi sangre.
Soy este que soy, este que te rodea, como un halo,
como una serpiente trepando por tu tallo, como un
vendaje.
¿Es éste el fin de las promesas?
Estoy harto de dilapidar instantes, de que nosotros seamos tú y yo, de mirarnos como desconocidos.