Cuando el enigma se aclare habrá una quietud instantánea, y hasta la agitación que conmueve desaparecerá por completo, porque si la cólera tempestuosa se adormece encerrando a todo lo inesperado, es porque algo se extinguió de golpe asiendo que lo último se asemeje a lo primero, y ya no podremos distinguir nada aunque todo se haga visible.
Nos rodea la sombra infinita del abismo que reinando en la paz de las tinieblas, quiere dejar que la exasperación y el paroxismo -ante la desgracia de la violencia- se ensanche. Y es en esta oscura profundidad donde los reflejos preparan el advenimiento.
Lo probable depende de que llegue el fin, y el recurso final será observar el hundimiento. Pero hay una fuerza superior que no se doblega, y que puede enfrentar el desenlace porque no fue tomada desprevenida. Sin aspavientos continua el avance que no pierde la mirada de las huellas… Existen realidades que son las salidas viables, y que permiten adentrarnos en el mundo del presente.