Las apariencias son como la realidad… nos encontramos ante “una calculada ignorancia”, en virtud de la cual nadie que goce de alguna autoridad está dispuesto a admitir que conoce la verdad.
No hacen falta clarividentes eminencias, ya que por diversas razones no presentan el tipo de pruebas que se les exigen y a consecuencia de ello irán perdiendo terreno hasta que desaparezcan de la faz de la tierra. Nadie quiere tabular ni comparar, y de tanto excluir, el campo de aplicación del sistema se ha ido estrechando progresivamente hasta el punto que por paradoja, no hay en el ceguera mayor y más real que la “insistencia dominante” ...