domingo, 13 de octubre de 2013

Malabarismos y especulaciones

Es incómodo dejarnos arrebatar el recurso de utilizar la excusa a modo de coartada para rehuir problemas no resueltos. No somos víctimas inocentes de nuestros errores, somos nuestros propios verdugos. Nos quedamos en una región que esta desconectada del resto y que por simple análisis da una probabilidad de destrucción[I], dejando una sobrevivencia pura. Esto exige un elemental esfuerzo que inicie lo denso y caliente. En teoría el movimiento se ha hecho mucho más grande, frío y calculador; y en la práctica podemos observar que ahora invaden todos los espacios.

Lo elemental es transmitir fuerza; condición que es requisito para que las historias no se cierren, lo que confiere una tendencia a expandirse al hacerse responsable de las capitulaciones. Los puntos deben ser especificados para cualquier cosa que suponga que el final tendrá una sola historia. Basados en lo condicional, hay un un punto de partida bien definido que procede de la evolución de aquel inicio. Cuando se traza la historia desde el momento presente hacia atrás, la fuerza más intensa desempeña un papel decisivo en el interior. Mantener la cohesión interna es obligatorio, ya que un gran conjunto se mantendrá unido por lo más débil mediante objetos que tienen la probabilidad de construir lo posible[II]

Las apariencias a diferencia de las fuerzas brutas, hacen que éstas se hagan más débiles a distancias más cortas en el tiempo[III]. Por lo tanto, aunque estén confinados pueden moverse en el interior. Existimos simultáneamente con precisión arbitraria y la fuerza está diseñada para eliminar la oposición al avance de la verdad. Aun no tenemos una sola historia[IV]

[I] La destrucción construyo paulatinamente “acatamiento” apoyándose en la costumbre que –por su duración- ha tenido como consecuencia el desbordamiento de la anarquía. 
[II] Espontanea e incontenible hay una inmensa ruptura que ya resolvió separarse de esta entelequia política que nunca ha existido ni ha funcionado.
[III] La ineficacia y la corrupción terminan por disolverse.
[IV] Por lo inexorable de los estragos del tiempo todo se encuentra en escombros y ya nada es lo que fue.