Si la manera más radical de juzgar con justicia una cosa, es destruyéndola imaginariamente para luego intentar reconstruirla en la idea; ya no hace falta, porqué estamos devastados. Lo que se encuentra es lo que se ve, y es lo que somos: todos los defectos y manquedades de un país lleno de agujeros, fracturas y ausencias, que con una vida devenida invivible, hace de la crisis algo sustantivo. Habrá "casi" que fabricar uno nuevo, para poder echarlo a andar; ya que "Nada de lo que fue volverá a ser.".
Este tiempo, aun lleno de equivocaciones, y caótico en una desesperada búsqueda de la felicidad, hace que la vida ande con el escepticismo agravado, por la creciente resignación con la que se ha asumido la magnitud del desastre.
De la megalomanía, solo queda si acaso, la sombra de un argumento que de forma vaga y oscilante se proyecta sobre el fondo oscuro de esa caverna interior, donde las ilusiones no tuvieron porvenir, y por eso se fueron...
Ojalá que podamos ordenar las variaciones de la existencia, humildes y sin destellos. No hay otra manera...
De la megalomanía, solo queda si acaso, la sombra de un argumento que de forma vaga y oscilante se proyecta sobre el fondo oscuro de esa caverna interior, donde las ilusiones no tuvieron porvenir, y por eso se fueron...
Ojalá que podamos ordenar las variaciones de la existencia, humildes y sin destellos. No hay otra manera...
«…y en el mundo, en conclusión,
Todos sueñan lo que son,
Aunque ninguno lo entiende…»
Calderón de la Barca