Espíritu hereje, no dejes llanto por cosas rotas. Acalla la tristeza, entrando al destino de tu luz; y di no al presagio de tempestad. Cuando regreses del lago encontraras la muerte y más nunca tendrás que llorar. Como pequeña es la vida del amor que canta el poeta, también lo es la fortuna en una ciudad extinta.
De la visión victoriosa, solo queda el deseo de ayer. Hoy ante el llamado del espantapájaros, decidí liberar al perro y la zorra. Con ellos se va la ambición.
Al abrir las jaulas; las hormigas en su constante ir y venir dejaron una escalinata, donde el loco reposa de noche, y junto al mar oculta los rostros que no quieren ser vistos. Lo que el astrónomo con tanto anhelo intenta, una hierba en los dos ojos lo impide.
Nació perfecto y en romería el joven, llenó de bondades su vida; Justicia y derecho, ciencia y conocimiento, esperanza y libertad. ¿Conoces la esclavitud? Es un dulce veneno en la noche que la hechicera te dejo, ¿lo tomas o lo dejas? Puedes vivir encarcelado en el arrepentimiento o buscar la experiencia del santo, pero en la hoja blanca no hace falta que escribas, pues allí el resplandor no permite que nadie lea. Todo se borra; y solo queda el infinito inmortal, y ese espacio ahora vacio, que ocupaste hasta ayer.
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