sábado, 23 de abril de 2011

¡Que error!

Los más escépticos huyeron del significado. Creer en la libertad  es decisivo para el destierro voluntario. En la medida que pasa el tiempo,  ni nostalgia    queda  por  viejas cosas que creían perdidas, pues también se  perdieron de sus memorias.

Asi como  hay tantos  semidioses que toman decisiones para imponerlas, dilapidando hasta la justificación histórica; también  siempre hay alguien  que surge,   como ese  que escribirá “la saga de un error”; y que ya tiene atesorado hasta el final.

Siempre  concebí al inspirado,   como el  poeta a la poesía;  pero el “humano es tan humano”,   que ya sabemos……  En “el estante de un solo libro”, encontraron las cartas a  dios,  en las que  decía que quería aprender latín y griego.

Los registradores de la historia,  que publican las excelsitudes ajenas y  propias, sabrán cómo  historiarlo. Tal vez versara sobre el mito, la mitología y la idolatría,  y es que no es para menos  hablar de la transformación de un hombre en  animal.

La visión de la sombra es apocalíptica por paralitica y por indolente. Hay que entender que el   martillo es para clavar clavos y que  entre los ojos del  águila y las fauces del  lobo no cabe un gigante.
    
Que vida tan áspera,   desdichada y   miserable,  esa   que llena de pálidas esperanzas a los  desesperados,  víctimas de los   suspicaces y  malévolos.  ¡Triste porvenir!

La inversión de la realidad, al menos, ha sido de utilidad. Los años de insinceridad no convencen, no mejoran y no habitúan. Tal vez por eso es  que  nos hemos estado mirando las caras sin saber que hacer. ¡Que error!

lcrhca