domingo, 5 de junio de 2011

n (Ω)

La probabilidad de que un evento ocurra la definió Laplace en 1812 en su “Théorie analytique des probabilités como <<el numero de formas en que ese evento pueda ocurrir, dividido por el número total de formas en que puede ocurrir el fenómeno del que el evento forma parte>>

Al arrojar un dado, la probabilidad de que este caiga con la cara del 1 hacia arriba es de 1/6, pues el dado pudo haber caído de seis formas distintas (1, 2, 3, 4, 5, y 6), mientras que el evento deseado solamente  puede ocurrir de  una forma.
Hay que tener claro que el cálculo probabilístico es exacto solamente a nivel teórico ya que en la práctica la exactitud no ocurre,  pero la utilidad de la aproximación es tan útil como si fuese exacta.

Y lo más importante,  es que los cálculos son validos, solo si los eventos contabilizados tienen la misma posibilidad de ocurrencia. Explico:
El dado puede mostrar cualquiera de sus  seis caras con igual probabilidad si es un “dado normal” (balanceado), pero si el dado  es un “dado cargado” (distribución de peso en forma desigual) este no cumplirá ninguna de las predicciones probabilísticas a menos que se hagan los ajustes necesarios.

El cálculo de probabilidades es una herramienta fundamental de la estadística. Sus técnicas se utilizan para calcular riesgos de toda índole presentes desde Elecciones, juegos de azar hasta cambios climáticos y variaciones de la bolsa de valores.