
No permitas que el tiempo se convierta en “demasiado tarde”. ¿Dónde queda el futuro? Conservar la razón ante tanta locura, mantener la serenidad ante tanto desatino y no perder el sentido del humor mientras desarrollamos un enfoque reflexivo que nos saque de aquí, es comenzar a cambiar el rumbo.
Cuando la vida se convierte en sufrimiento, cuando todo resulta inadecuado, indiferente o inaccesible, cuando aun crees poder solucionar los problemas a toda costa sin resultados; es cuando hay que aprender a cambiar de manera equilibrada las cosas, comenzando por mantenernos sobrios y canalizar el esfuerzo para poder recuperarnos.
Cambiar nuestra forma de actuar, de pensar e incluso de sentir. ¿No estás harto de tantas anécdotas de la infancia? ¿De tanta excusa para explicar cualquier cosa? ¿De tanta irresponsabilidad? ¿Estas circunstancias difíciles y de desgraciados efectos no son suficientes para indicarnos la dirección?
Para cambiar hay que empezar por cambiar nosotros mismos y llegar a La Variable Independiente (Alberto Rial, 1997). Tenemos que convertirnos en un país que erradique la autoindulgencia con decisión y disciplinar la voluntad para mantenerla. Nadie puede evitar que realicemos la tarea. Por eludir y postergar, por correr la arruga, es que estamos donde estamos: pura superficie y anécdota. El problema y la solución está en cada uno de nosotros y de nuestras Instituciones. “Corregir y progresar”.