sábado, 1 de octubre de 2011

¿Somos impresionables?

Somos  sistemas cerrados.  El conocimiento es  estudio del raciocinio; conjunto de procesos armónicos propios de una concentración mental efímera, perecedera. El conocimiento no existe fuera del cráneo.
  
No se han encontrado rastros o indicaciones de la esencia en el  infinito íntimo o en el especulativo. Algo quiere manifestarse; eso es todo. Los pensamientos más peligrosos son los que pensamos con el contenido del cráneo,   que es un  espacio absolutamente cerrado.