<< ¡Cuidado que lo hacemos mal!>> ¿La vida cobra sentido cuando se hace de ella una aspiración a no renunciar a nada? Recuerdo que en un rincón, un libro abierto hace historias. Nadie sabe quién es el autor a pesar de anunciar a donde va, y a pesar de alertar la vigilia, no se le ve y conoce hasta que está muy próximo.
En la trinchera de la perpetua defensiva han ocultado intenciones e instintos, para en silencio prolongar la miseria; pero esta realidad no es sino imagen subjetiva y representación ¿Qué salimos ganando con esta advertencia? La imagen como imagen de algo nos permite imaginarnos algo, pero no es una realidad. Parece que cada cual desde el sitio que ocupa, lejos de desterrarla lo que hace es afianzarla. Por eso entre pareceres nos movemos, porque toda imagen algo imagina.
Imagino realidades marginadas, convencido de vivir en un aislamiento forzoso desde la primera noche del mismo día; y así reunidas las ideas que conviven en un pensamiento amargamente comprometido, es como estas respiran una atmósfera de indefinición.
Esta crisis permanente nos ha postrado en la miseria que ronda por doquier, con una desocupación que hace estragos, y donde aunque ya aparece la única señal de esperanza, alarma la ausencia de interés hacia los problemas que implican la solución de los mismos.
Cuando miro no es lo mismo que cuando analizo, pues la inteligencia de las palabras en esta extraña forma de vida, no echa raíces en la rigidez preestablecida, y fracasa en la tiranía de los principios hipócritas.