Al ingenuo le asombra que una llave pueda abrir una puerta, y que algunos, quisiesen morir eternamente. Si engendras lobos y serpientes, seguirás soñando con ser victima, al convertirte en un hábito del tiempo.
Yo, si recuerdo que un día cuando la llave cayó en mi mano, la deje desplomar, pues no es mi mano ya vieja, la que debe sostener el acceso al infinito. ¡Recógela! ...para ti, es irrevocable. No te alejes de tu casa, ni te rindas. No despegues la mirada de la hendidura, porque el mar esta roto por la desidia. No dejes que el sueño te disgregue y te haga creer que sientes alivio al oír silencios. Aprende que el sabor de una vida es el enigma del universo. Desiste de buscar tu sombra en la sombra del otro, y déjale a la noche eso de engendrar vigilias, para que ellas hagan su trabajo.
Las propuestas de las miradas, son como aquellas “fantasías que los ensueños soñaron”, y que hasta el fin, los últimos seguirán soñando. Cuando el ayer vuelva, sabrás que ya no importa, pues el ir y venir que todos miramos con ojos de sombra y pies de barro, es debilidad innata de la especie.
Duerme en la cumbre gastando el cuerpo, elude la memoria, y rehúye de la gente que zozobra en los sueños. Camina la tierra, y no ignores que hay cosas que se callan para que las puedan soñar otros.