lunes, 22 de septiembre de 2014

Atados


Etérea como la neblina que anda un poco perdida, insignificante y efímera, asi fue la última observación. Es probable que el rumbo despreciable de la bruma haya perdido el equilibrio, y se tambalee hasta que se desplome en su interior.
 
Este viaje imposible duda sobre su veracidad, y sospechamos que cuando llegue como realidad de la experiencia, terminara. Revivir confusiones fugitivas que no quieren regresar es peligroso, pues la calle y sus fachadas mezclan equivocaciones absolutas.

Y es que esta curiosa ironía dispuesta alrededor, burla la misma cosa en la línea de demarcación, con una zona solitaria empapada de sudor e impregnada de olor a moho.

Asi es como escuchando los ecos de todo y oliendo la negligencia, percibimos la vibración en el camino.

Creemos que es un desastre un entorno donde no pasa nada de lo que pasara al final, por eso sabemos que todo es falso. Imaginar un gran momento oscurecido en la quietud mantiene el equilibrio sobre la monotonía, mientras el silencio durante el trayecto enloquece en fragmentos de algo más aterrador y amenazador: el rumor agorero y el murmullo perverso como gargarismos de la desesperación