«...De lo que permanece oculto, justo delante de nuestros ojos…»
¿Humano? Homo sapiens que llegara en su evolución, luego de leer tantas veces el mismo libro, a convertirse en «Uno»
Hasta entonces, humano, es el que valora la vida en su verdadera dimensión, y que aunque pueda abstraerse, no es indiferente al interpretar lo que ocurre en su entorno y en su propio destino. Alguien cuya existencia no se disipa entre la incoherencia y el absurdo, y que no pierde la visión con ese exceso de luz, que a veces nos seduce con tanta intensidad.
Al parecer, no hay nada que pueda impedir que este crezca «en la mera boca del infierno» (para bien o para mal) si conserva en el corazón la pasión, y el anhelo de crecer. Pero no hay tampoco, nada que le impida hacer de dos cosas una, y configurar la unidad
Al parecer, no hay nada que pueda impedir que este crezca «en la mera boca del infierno» (para bien o para mal) si conserva en el corazón la pasión, y el anhelo de crecer. Pero no hay tampoco, nada que le impida hacer de dos cosas una, y configurar la unidad
En la unidad, no existe el reconocimiento, sólo el Ser. En ella termina todo el afán, el querer y el empeño -todo el movimiento-; porque ya no existe un que anhelar. La evidencia es un hecho. Como ya «Uno» lo dijo: Cuando de los dos hagáis uno….entonces entraréis en el Reino. (TOMÁS. Evangelios Apócrifos, cap. 22.)