Muy temprano la vida imposiblemente oscura y cercana, nos conduce lejos de la fuente inimaginablemente extensa del paso del tiempo. La luz donde ella es posible no es fácil de distinguir, debido a ese movimiento perpetuo que inicia la «cuesta hacia arriba»… ¿Imposible lo eterno? ¿Por qué nos hiere constantemente?
Con sucesos que nos precipitan continuamente hacia abajo, el infierno abrasador se expande hacia afuera para caer en el interior de lo uniforme e incontinente… ¡gracias contradicción! Hoy desobedecemos incumpliendo a menudo, porque ya no creemos en una ilusión misteriosa que nos engañe. Así que los cambios que tienen lo que hace falta, son un evento interesante; y las condiciones previas al surgimiento son un hecho, como abrumadoras son las ideas que prometen, al carecer de una evidencia decisiva que señale inequívocamente el camino.
Analizando posibilidades que prosperen para reproducirlas, concluimos que tuvo que ser inevitablemente imperfecto para poder plegarse originando formas exactamente incapaces de romper este círculo vicioso ¿Qué le fallo al autoensamblarse?